“Solo sé una cosa, estoy cubierta de heridas y me mantengo de pie. Dónde encontrar un alma sacudida por mil golpes, pero indomable como la mía para confesarme”?
La primera película que ví en mi vida fue “Zorba el Griego.”
Estábamos en Tours. Eras guapísima .Era domingo y, por fin, estaba contigo.
Ibamos a ver una película para niños cuando te diste cuenta de que proyectaban Zorba el Griego en el cine.
Me pediste permiso, me preguntaste si aceptaría verla en lugar de una película para pequeños.
Te dije que sí. No le entendí nada, pero no me molestó. Hasta sentí un poco de orgullo por haber visto una película para gente adulta.
Cuando vivíamos en Tours, cuando te veías como una estrella, cuando cantabas, cuando te reías a carcajadas con tanta facilidad.
Mi bella madre. Estaba muy orgullosa de ti.
Hoy, me tocan las piedras y las heridas. Hoy, tengo que sostenerme de pie.
Estás enferma y necesitas una cirugía muy, muy pronto.
En muy pocos días, te abrirán el abdomen para reacomodar tus vísceras que se han caído.
Ya no puedes caminar, por el dolor. Eres muy optimista. Quieres ver ya un espectáculo en Paris, justo después de la cirugía..
En unos pocos días, una cirugía a tus 90años y con tu marcapaso! Tú que eres tan frágil del corazón.
No sé si ir. No sé si puedo ir. Se me acumulan las piedras en el cuerpo, en la cabeza, en el estómago, sobre los pies.
Tantas piedras, y no me puedo esconder.
¿Cómo pudo suceder algo así? ¿Así es la vida?
De bella y plena a necesitar una cirugía a los 90 años.
¿Cómo ha pasado todo eso? ¿Dónde se nos fue el tiempo?
No sé si puedo ir. Me duele. Espero verte, te quiero ver. Te quiero ver a como de lugar.
Te quiero ver viva.
Ilustración: Del archivo fotográfico de la propia autora.
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