Somos en tres tiempos:
Presente, pretérito y futuro
Parece paradójico, el futuro en el presente. Si no es para ahora, ¿para qué me esmero, para qué me esfuerzo?
Tal vez tenga que considerar que los logros que anhelo siempre están más allá de este momento presente, por ello son anhelos.
Mucho se dice: vive el aquí y el ahora, acerca de darle importancia a lo tangible, a lo que veo y tengo, dejando el pasado porque ya pasó e ignorando el futuro porque quién sabe si llegará. Y ¿si llega…?
Por eso me pregunto ¿Qué pasa si solo me detengo a vivir el momento actual y no visualizo la repercusión de lo que cualquier acto que pueda tener en el mañana lejano o cercano?
¿Qué sería si todos quisiéramos definirnos solo por y para el momento presente? ¿Qué sentido tendría lo que aprendemos? ¿habría alguna razón para hacer la reflexión, para proponerse el cambio, para admitir la posibilidad del error? O, ¿creo que soy tan perfecta y tan precisa que no tengo porque verme en el ayer ni mirarme en el mañana para poder reconocer aciertos y errores?
Por algo he aprendido a conjugar el verbo, mi acción, en tres tiempos reales: en el amo, en el amé y en el amaré… porque a partir de la experiencia, voy abriéndome camino día a día y lo hago para seguir adelante, para avanzar y encontrar una nueva oportunidad partiendo de lo que hay que revisar, de lo que he logrado, de identificar lo que estoy haciendo y de visualizar lo que puedo hacer.
Parece largo el camino, pero es lo que tenemos que hacer, no lo podemos evadir…
Sí, hay que vivir el aquí y el ahora, pero no a ciegas sino pensando y revisándome lo que he alcanzado y lo que me estorbó, y viviendo en la esperanza de lograr el futuro que anhelo según el presente que vivo.
Si, me queda claro que me toca construir el futuro en el presente.
Ilustración: Fotografía de Ramón Salinero en Unsplash
Commenti