La creatividad es
inteligencia, divirtiéndose
Albert Einstein
Si se lanzara la pregunta de Qué es la Creatividad ¿Qué respondería un pintor, un escritor o un músico? ¿cómo lo plantearía un arquitecto, un escultor o un profesor? ¿qué diría una cocinera, una florista o un artesano, una ama de casa o un abuelo?
Tendríamos tantas respuestas como personas interrogadas.
Y si demás se nos ocurriera buscar la definición de la RAE, nos diría que es la capacidad para hacer cosas nuevas o para inventar. Tal vez con ello obtendríamos mayor confusión en la variedad de respuestas.
Ya se señala como bíblico que el ser humano es colaborador en la obra divina de la creación.
Sin embargo, yo creo que, al igual de lo que le ocurre con otras capacidades que tiene en sí mismo y aunque esa posibilidad es parte de su condición humana, requiere de aprender y desarrollarla para integrarla a su propio acervo de respuestas.
Si recurrimos a su propia historia como ser en evolución, descubrimos la manera cómo se ha mostrado creativo a través del tiempo: cuando se resguardó en la cueva de las inclemencias del tiempo y después la decoró a su gusto, cuando sintió frío y se cubrió con la piel de un animal para dejar de sentirlo, cuando se dio cuenta que podía reproducir los frutos y comer de su propio trabajo y cuando supo que, si consideraba al de junto, al semejante y le hacía sentir que era importante, obtendría su ayuda y podrían vivir en paz, cuando reconoció que, si además lo amaba, como naturalmente le nace, lograría desarrollar su capacidad de encontrar la mejor forma de sentirse en compañía, de protegerse y de encontrar la amistad.
Pero no siempre ha sido así, algunas veces la creatividad lo ha llevado a destruir y a confundir, a alejarse y a desconocer su propia condición creadora y creativa. Así que, cuidado, que nunca perdamos de vista que la creatividad solo tendrá su más clara expresión cuando lo lleve a la construcción de un mundo mejor, para él, para nosotros y los de nuestro alrededor.
Porque volviendo a encontrar su esencia, escuchando, observando y recapacitando, se recupera el espacio creador porque la creatividad es la expresión artística de relacionarse, de realizar la propia obra, de generar una salud colectiva, de establecer edificaciones, desde la más sencilla casa hasta los grandes palacios y castillos, de tomar decisiones para vivir mejor como cuando decidió trasladarse por encima de un simple animal para no agotarse en su camino, hasta lograr llegar a la era espacia que lo ha sacado de la órbita terrestre, cuando se propuso organizar el gobierno como una forma de ejercer la justicia y, hasta de organizar la cultura en disciplinas para plantearlas como objetos de estudio y aprendizaje y llegar así a lo que llamamos la espiritualidad, la manera de relacionarse con la divinidad que nos devuelve al origen de nuestro propio ser que es colaborar en la obra divina de la creación.
Toda obra humana es producto de la creatividad, por ello se convierte en una herramienta más para descubrir, reconocer y fomentar nuestra verdadera humanidad, porque es ayuda para avanzar, para progresar, para celebrar, para colaborar, para no estar solo y para responder a nuestra condición de ser.
Sí, la creatividad nos ha hecho y nos seguirá haciendo caminar siempre y hasta siempre.
Ilustraciones: Fotografías en Unsplash
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