Solo lo que cambia
Progresa y avanza.
Siempre se ha mantenido la esperanza de cambiar aspectos del vivir porque siempre ha habido quien ha visualizado la posibilidad de modificar costumbres, ideas y acciones cuando éstas se perciben inoperantes, y cuando se reconoce que el presente dejó atrás lo que ya no era de utilidad.
Y de verdad, el cambio se ha dado a pesar de los deseos que mostramos de hacer a las personas a nuestra imagen y semejanza como si fuera nuestra obra personal, Además esto sería una falta de respeto hacia quienes, junto a nosotros, vemos responder de diferente manera de como lo hubiéramos hecho nosotros. La vida nos ha demostrado en una constante que ese intento es un derecho que no tenemos y que, por lo tanto, se vuelve inútil.
Por más que yo hubiera querido hacer de mis cinco hijos, mi propia obra, ellos, cada uno traía su proyecto, sus anhelos y sus intenciones. Si hubiera imaginado como iban a ser, me hubiera llevado una desilusión porque, al haber sido eso solo, una ilusión, el tiempo se la tendría que haber llevado, como sucedió con las mías, que tuve que soltarlas. Ni siquiera todo lo que imaginé para mí se cumplió, mucho menos hubiera sido una posibilidad para que se hubiera dado en otras personas.
Así entendí que cambia, todo cambia, como dice una hermosa canción, a la que le responde otra no menos hermosa, caminante, no hay camino, se hace camino al andar.
Hay movimiento en la vida y la ruta se tiene que revisar en cada tramo. Lo comprobé con mis hijos y… Con los nietos ni en sueños me he puesto a imaginar cómo serán. Ni siquiera puedo visualizar cómo será el mundo ni hacia dónde irá la sociedad.
La historia es solo historia, no se repite, aunque a veces los hechos se parezcan.
Esos nietos crearán su historia de acuerdo con sus circunstancias.
¿Qué puedo hacer por ellos? Tal vez solo amarlos y vaya que se paga un precio, el verlos en diferentes condiciones a las mías, el comprobar que responden de distinta forma de cómo lo hubiera hecho yo. Pero si quiero seguir estando cerca, si quiero que me integren a su mundo de afectos, solo me toca amarlos y mantenerme cerca.
Pero eso no me exime de dar mi opinión ni de comunicar mi punto de vista, que tal vez les plantee la disonancia, dado, así solamente como una opinión, como un punto de vista, como un: yo hubiera, quizá se podría… Sin que esto me lleve a romper con esos seres a los que decidí amar. Porque pagar el precio de imponerme y con ello sentir que me alejan, ese sí no lo quiero pagar.
El mundo amanece diferente cada día, si cambia, todo cambia y aunque yo intentara no cambiar, no lo puedo evitar ni lo puedo condenar.
Ojalá que para pertenecer decida yo por el cambio y así tener la oportunidad de renacer y responder a las interrogantes de la vida ¿hasta cuándo? hasta siempre.
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