El juego, una de las manifestaciones
iniciales de la sociabilidad.
Enrique Florescano.
Jugar: es esa actividad placentera, recreativa, ingeniosa, para desarrollar la fantasía, para ser lo que quiero ser o para lograr lo que me resulta imposible, de convivencia, de entretenimiento, de esparcimiento, para acabar con la soledad, con el aburrimiento, etc. pero lo más importante, como una oportunidad de aprendizaje.
Es una de las primeras actividades de la vida humana y la más espontánea, no importa la edad, el clima, el lugar ni la condición ni el momento, el ser humano sigue jugando a pesar del paso del tiempo, porque se juega cuando la situación lo propicia y, a veces, aunque no sea oportuno, porque al fin y al cabo, el anhelo es estar en el juego, pertenecer y no quedar sin probarlo.
El juego es simulador de la vida y preparativo para la toma de decisiones como cuando se juega a la comidita, a la casita, a policías y ladrones, al avión para obtener un territorio, para lograr un triunfo y para reconocer la pérdida de lo esperado y analizar el porqué de un resultado.
El juego permite aprender a convivir, a esperar el turno, a aprovechar oportunidades, a cooperar para la acción de otros y no nada más para la propia, a aceptar las reglas, a compartir el resultado y a aceptar la derrota.
Se juega solo o en compañía, en presencial o a distancia y por ello A Jugar Se Ha Dicho… para recrearme y para reparar las fuerzas, para conocer y reconocer a otros, utilizando el cuerpo o algún otro objeto que se convierte en mi juguete.
Cuántas posibilidades me da el jugar, cuánto aprendizaje, cuánta alegría me despliega, cuánta tristeza me quita.
Sí, me parece que jugar es una de las actividades más humanas porque propicia el encuentro, porque despeja la mente, porque aleja la sombra de la soledad, porque enseña a valorar lo que otros hacen, porque favorece el logro y redime las pérdidas.
La historia de la humanidad, su énfasis y sus intereses, se perciben a través de cómo ha jugado, de los objetos que convirtió en juguetes y de la forma cómo fueron creados, para convertirlos en históricos.
Si en nuestro acervo de recuerdos, se encuentran los juegos y juguetes que nos definieron, son recursos fundamentales para decirles a los que vienen después de nosotros: así era y así éramos, así jugaba y así jugábamos. Eso era lo que nos ofrecía la alegría que ahora sigue inspirando nuestra vida.
Mientras viva quiero poder seguir jugando, en serio y en forma de broma, en compañía o cuando todos los que amo estén lejos viviendo su vida, por ello vuelvo a decir: A Jugar Se Ha Dicho.
Ilustración: Fotografía de Aedrian Salazar en Unsplash