Mamá - Marichoni
- Marichoni
- May 9, 2024
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Insustituible
No hay más que una
Siempre me sentí orgullosa de mi madre, ¿cómo era? Una madre. Y ¿qué significado tuvo para ella esa palabra? cumplir con el día a día, darle voz a mi papá, cuidar de nuestras necesidades esenciales: una rica comida, ropa nueva que, como ella la había confeccionado, le gustaba - ¿qué te parecen los suéteres de las niñas? -te quedaron hermosos- tener la casa limpísima y con todo orden, y nunca atreverse a preguntar directamente -hijita ¿cómo estás? ¿te sientes triste? ¿qué te gustaría hacer cuando seas grande? ¿cómo yo, una mamá?
No, no iba a preguntar por nuestras inquietudes, no se estilaba y se sentiría invasiva, las íbamos a resolver con el tiempo, con la edad y tal vez con sugerencias ofrecidas por ella a partir de los valores vividos en familia y con esa generosidad de nunca negar lo que era un anhelo de los hijos: la que quiso estudiar, la que se casó y tuvo hijos, la que no sólo arregló la casa sino también se arreglaba ella, la que entró en etapas de reflexión. Todo lo observó y nunca puso barreras.
Será por eso que la imagen que tengo de ella es un recuerdo de amor, de aceptación, de reconocimiento, de libertad y respeto a las decisiones de sus hijos.
Pero viene la segunda parte de la historia: en la que yo soy madre ¿Cómo lo aprendí?...
Cuando veo que mis cinco hijos se fueron a dónde quisieron, cruzaron mares, rompieron barreras, ningún lazo los dejó estáticos y ahora volteo y se encuentran en cinco lugares diferentes, con cinco proyectos de vida elegidos por cada uno, pienso: la historia se repite, aunque claro, en condiciones distintas, pero con esa aceptación que tuvo mi madre y que también fue la experiencia que me dejó mi padre.
Igual que mi mamá, creo y espero no ser atadura, no sé lo que mis hijos quisieran de mí, a lo mejor lo que yo decida porque así lo hago. Mis hijos no me han dicho cómo me ven, si con gusto o con orgullo, si con alegría o con aceptación de lo que puedo ser, sin considerar lo que pude haber sido. Sólo estamos unos para otros cuando así se requiere, sólo estamos entre lazos que, hasta ahora, parecen irrompibles.
Así me enseñó mi mamá, estar siempre y para lo importante.
Ilustración: Fotografía del archivo de la propia autora.
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