En esta época del año, el más importante recuerdo es la filosofía que quedó impresa en mi desde que estaba en el vientre de mi Madre.
La oía siempre musitar oraciones, pedía por mi. Cuando nací, oí en la voz mi Madre por primera vez Tu Nombre agradeciendo profundamente mi nacimiento..
Con los años, la familia fue marcando un sello indeleble en mi mente y en mi alma.
La vida en su camino me fue alejando de esta filosofía. Mas nunca nunca olvidé Tu Nombre.
Me has acompañado durante todo lo largo de mi vida, me has dado fortaleza para salvar los escollos. Me has regalado inmensas alegrías.
Las tristezas han sido llevaderas con paciencia y tiempo. Hoy recibí una hermosísima plegaria en voz de una amiga .
Desconozco cuando llegaré a Tu Presencia pero siempre estarás en mi alma y corazón hasta el fin de mis días.
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