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Un 8 de marzo cualquiera - Marichoni

Yo no quiero que las mujeres

 tengan poder sobre los hombres

 sino sobre ellas mismas.

Mary Wollsnecraft

 



    No dudo de la necesidad que hay de buscar formas de revalorar la participación de las mujeres en la vida en general, pero desde la perspectiva de las diferencias de visión de los acontecimientos y el intercambio de argumentos.


     Todo acontecimiento o vivencia tienen dos formas de verse, una femenina y otra masculina que, desde el inicio de nuestra especie, tendría que ser de complementación no de guerra ni confrontación.


    Ninguna realidad escapa ni ha escapado ni escapará a la participación de las mujeres en todos los ámbitos de la vida, desde la posibilidad de crear hasta la de aceptar, de estar y de comunicar, desde la oportunidad de acompañar hasta la de protagonizar, desde la de educar hasta la de compartir los valores y sostener la cultura y sus significados, desde la de organizar hasta la de reconocer el límite personal, desde la de coincidir y la de disentir, desde el amar hasta el perdonar.


    Yo, en forma personal, no puedo soltar a los hombres de mi vida, han sido abuelos, padre, esposo, hermano, hijos, nietos y, además los he amado y me han ofrecido su amor ¿cómo podría separarlos si son parte de mí? Han estado siempre y no me dejaron a la deriva. Esa ha sido mi experiencia, con la reserva que nos plantea una realidad en la que a muchas mujeres se les ha ultrajado y humillado, se les ha limitado y reducido, se les ha agredido y violentado.


    El momento actual es de una mayor conciencia acerca de la equidad de género, de una claridad en cuanto a derechos y obligaciones para ambos sexos.


    Yo solo puedo vivir la vida como mujer, con mis anhelos y mis frustraciones, con mi apertura y con mi propio límite, con mi identidad y con mi sentido del equilibrio, con mi actitud de generosidad o con mi petición de apoyo, con mi manera de sentir y de ver lo que me rodea.


    Sin embargo, la justicia no se ha alcanzado no nada más para las mujeres, tampoco para los niños, para los desprotegidos, para quien por su propia condición se mantienen en la ignorancia, no permanece la operación conjunta sino el enfrentamiento constante, en vez de la colaboración se vive la rivalidad y eso es una forma de violencia, no se ha logrado la justicia social ni en el ejercicio de la autoridad gubernamental. el ser humano ha sido de lento aprendizaje para interactuar con justicia, parece que ese valor es una utopía invivible, pero como es anhelo generalizado, hay que seguir trabajando por alcanzarlo.


    La historia no la podemos cambiar, ya pasó, con lo bueno y lo malo que se dio, las circunstancias en las que se dieron y se vivieron los conceptos y patrones del comportamiento, solo se pueden cambiar desde el presente con visión de futuro, no se puede seguir lamentando por lo que no sucedió.


    Si, hay que seguir buscando la equidad y la justicia, como proyecto de vida para cualquier ámbito: entre las relaciones interpersonales, entre padres e hijos, entre las parejas, con una responsabilidad conjunta, hacia la naturaleza, sin que le toque a una sola parte, a un solo grupo o a los integrantes de un solo sexo, hay que buscarlas con la certeza que son propósito de nuestra especie, sentido de vida, compromiso y proyecto para cumplir con nuestra humanidad.


    La evolución de los valores, la precisión de las necesidades de cada tiempo, el esfuerzo para agregar y no para destruir, la certeza de la complementariedad y no de las formas de enfrentamiento, pueden ser incentivos para remediar lo que no gustaba del pasado.


    Son muchas mujeres las que en todo tiempo han luchado para hacer del mundo un lugar mejor para vivir, un gracias a ellas no es suficiente pero que sirva para reconocer que lo mejor que hay también se les debe a su trabajo, a su palabra.


    Pero habrá que seguir buscando las formas pacíficas y respetuosas para poder seguir caminando juntos, con la certeza de la valía personal y colectiva, buscando el desarrollo personal y de la comunidad, con sentido integrador y no de división.


    Sin embargo, cada quien tiene su dimensión del horizonte, esta, con toda humildad, es la mía.


Ilustración: Fotografía de Beca Tapert en Unsplash

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